sábado, 24 de septiembre de 2005

Supersticiones

Los rusos son un pueblo tremendamente supersticioso. Sinceramente, no sé de dónde les viene, pero es un hecho innegable. En mi opinión, hoy en día las supersticiones se han convertido más bien en pequeñas tradiciones que todo el mundo acepta religiosamente y cumple a rajatabla. Una vez le pregunté a un amigo "-¿De verdad crees que por no hacer esto vas a tener mala suerte?-" A lo que él me respondió: "-Me da lo mismo, simplemente hay que hacerlo así y ya está-."
Paso a enumerar algunas de las que he podido observar:

  • Está usted con varios rusos alrededor de una mesa tomando un vodka o una cervecita. Al principio no reparará en ello, pero si es una buena fiesta (de las buenas rusas, en las que se bebe mucho) se dará cuenta de que sus compañeros, cada vez que se acaba una botella, la retiran inmediatamente y la dejan en el suelo. Se puede pensar que es algo lógico por la falta de espacio o por precaución. Lo que sea. Pero inexorablemente irán apartando cada una de las botella de alcohol que se vacíen.

  • Imagínense una situación. Usted va a casa de un amigo ruso. Llama al timbre y éste le abre la puerta. Su amigo le saludará efusivamente y siempre le invitará a entrar antes de darle la mano. Para los rusos da mala suerte estrecharse las manos estando dos personas situadas entre el marco de una puerta, es decir, uno dentro de la casa y otro en el pasillo.

  • Otra situación. Está con rusos y sin querer pisa a alguien. Le pide perdón y no ocurre nada. Pero a los pocos segundos nota que esa persona le pisa a usted pero muy flojito. No piense: "-Será cabroncete, que me ha pisado habiéndome yo disculpado, y además, a caso hecho me ha vuelto a pisar. Vaya un vengativo -." Es una superstición muy típica. La persona que ha sido pisada digamos que no se queda "tranquila", por lo que, a su vez, tiene que volver a "pisar" para "igualar" la situación.

  • Al comer, nunca se debe tomar un bocado del cuchillo, ni tampoco chupar o lamer los restos de comida que en él se encuentren.

  • Tampoco se puede encender un cigarrillo con una vela. Se parece a una tradición que existe en algunos sitios de España, por la que "matamos" a un marinero. Pero ellos no saben por qué.

  • No hay que pasar por debajo de una escalera de mano. Algunas supersticiones son internacionales.

  • La bolsa de la basura no debe ser sacada de casa después de las 6 de la tarde, más o menos. Ni tampoco se debe silbar dentro de la casa. En caso contrario en esa casa no volverá a haber dinero.

  • Una chica soltera nunca puede sentarse en la esquina de una mesa, o durante 5 años no podrá casarse con nadie. Esto es típico en las reuniones familiares, donde las abuelas se preocupan de ver dónde se sienta cada uno, y en especial las chicas jóvenes, para que no haya ninguna "desgracia".

  • Queda también tajantemente prohibido que una chica se mire en un espejo roto, o de lo contrario, cada día se volverá más fea.

  • Посидим на дорошку (Nos sentaremos en la carretera). Un ruso sale de casa. Va a algún lugar, y durante un tiempo determinado no regresará, porque se va de viaje o a pasar un par de días a otro sitio. De repente, ya en la calle, se da cuenta de que ha olvidado algo. Debe ser algo imprescindible para que le haga volver, de otra forma no regresará. Cuando está en casa, antes de marcharse definitivamente, se sentará durante al menos un minuto, se relajará e incluso se mirará en el espejo de la entrada (todos tienen uno). En caso de que esa persona vaya acompañada, le pedirá a la otra que vaya en su lugar.

  • El novio nunca debe ver el traje de la novia antes de la boda. Eso a nosotros nos suena, solo que ellos sí que lo cumplen taxativamente.

  • Una chica está con amigos y uno de estos le da un cachete cariñoso en el culete. Pues este desalmado deberá inmediatamente darle un tironcito del pantalón o falda. Un tironcito por cada cachete dado. Si no lo hace, la pobre chica perderá un pretendiente por cada cachete recibido.

  • Más sobre las chicas (cómo les gusta el tema). Si una muchacha va a dormir a un sitio extraño, un sitio que no es su casa y en el que no ha estado nunca, piensa para sí: "-Я сплю на новом месте, приснись жених невесте!-." (Voy a dormir en un sitio nuevo, tráele un novio a la novia). Y si la chica sueña con un chico, pues ese será su prometido. Absténganse por favor de pensar que si una muchacha tiene un sueño donde aparecen dos o más muchachos es una frívola o una descarada (y menos aún pensar que es ninfómana, en los sueños puede ocurrir de todo).

  • Una madre y una hija están hablando, por ejemplo. La madre ve que la hija tiene una pestaña en la mejilla, y se lo dice, al tiempo que le pregunta si la tiene a la derecha o a la izquierda (На каком глазу: на правом или на левом?). Si la chica lo acierta puede pedir un deseo.

  • Si una persona se encuentra entre otras dos que son tocayas (dos personas con el mismo nombre) puede agarrarles por las manos y pedir un deseo.

  • Si se pasa por debajo de un puente en el momento en que pasa un tren, también se puede pedir un deseo (no, si por pedir que no quede).

  • ¿Se acuerdan ustedes de cuando sientan a un niño pequeño sobre su pie y balancean la pierna, como si el crío estuviera montando a caballito? Bueno, pues si lo hacen como una especie de tic nervioso, esto es, sin ánimo de entretener a ningún pequeño neófito, y se encuentran en Rusia o con rusos, absténganse. Para ellos significa que están meciendo al mismísimo Satanás (¿y cómo puede un piadoso cristiano cometer semejante locura?).

  • Si una persona está cocinando, por ejemplo, y se quema un poquito la yema del dedo, antes de chupárselo (la reacción más usual e inmediata) deberá tocarse con él el lóbulo de la oreja, durante un minuto más o menos. Después ya puede curárselo o lo que quiera.

  • No se puede soplar a una cuchara. Sin comentarios.

  • Cuando a un ruso le pica un mosquito, lo primero es hacerse en la picadura dos pequeñas incisiones con la uña en forma de cruz.

  • Si uno va por el bosque y escucha a un cuco cantar (cu cú, cu cú) debe preguntarse en ese momento: "-Кукушка, кукушка, скажи, сколько мне осталось леть жить-" (cuco, cuco, dime cuántos años de vida me quedan). Desde el momento en que se escucha al cuco cantar, se debe contar cuántas veces lo hace y obtendremos el resultado. Claro que... en Rusia hay muchísimos bosques.

  • Si te golpeas accidentalmente la frente con otra persona, debes inmediatamente hacerlo tres veces más, suavecito claro, al tiempo que repites "Чтобы не было беды!" (para que no ocurra un infortunio).

  • Antes de tener un examen, hay que poner los apuntes debajo de la almohada, y dormir de esta guisa. Así te vas a saber a la mañana siguiente mejor el temario.


jOrgE – julio 2001

Moscú, la triste Moscú

Este es el primer relato que escribí, hace ya algún tiempo...

El vaivén del vagón de metro le ayudaba a pensar. A ello se le unía la monotoneidad del murmullo que formaban decenas de personas hablando en ruso, idioma que, por cierto, es especialmente cansino en su ritmo y lineal en su entonación, al tiempo que agradable al oído, con esa profusión de sonidos suaves y silbantes, tan sugerentes.

El asiento era duro e incómodo, de marrón desgastado, pero se encontraba muy a gusto. Iba apretujada en sus ropas, hacía frío. De vez en cuando miraba el paisaje, porque iba por una línea que llegaba hasta suburbios muy lejanos del centro de Moscú, y en ese trayecto había muchas estaciones en la superficie. Lo que veía era siempre lo mismo, cunetas con nieve y feos y sucios edificios más atrás, llenos de gente con muy poco dinero pasando probablemente incluso más frío que ella. Le daba pena ver una gente tan triste y tan pobre. También había árboles, muchos, y de vez en cuando alguna carretera sobre la que circulaban cansinamente destartalados coches, la mayoría demasiado viejos para ser conducidos. Aquél país le producía una extraña sensación. Había oído tanto de pequeña sobre el poderío y el peligro ruso que cuando echaba un vistazo a su alrededor no podía menos que sentirse defraudada, como si la hubieran engañado.

Ana podía percibir una nota de tristeza y desesperanza en el fondo del semblante de cada ruso al que miraba. Gente que nunca había tenido nada, pero que durante unas décadas se sintió orgullosa del poder de su país, temido y respetado en todo el mundo, y eso, en su paciencia infinita, les colmaba. Pero ahora todas estas personas, después del derrumbe de la Unión Soviética, estaban peor que antes, ya no les quedaba ni poder, ni orgullo, ni nada.

Lo único que les restaba era la paciencia, manteniendo la esperanza de que ya llegarían tiempos en los que de nuevo levantarían la cabeza y volverían a ser poderosos y temidos, incluso más que antes.

Los veía sentados y de pie alrededor de ella. Todos serios, pensando en sus cosas, en sus tediosas vidas. Muchos iban a comprar con el poco dinero que llevaban, sujetando viejas y sucias bolsas de tela raídas en las que echar un poco de comida. Eso de las bolsas de plástico era para los Nuevos Rusos y los extranjeros. Otros vendrían del trabajo, cansados, pensando en cuándo iban a cobrar lo poco que recibían. Jóvenes, viejos, niños, mujeres, hombres, todos con el mismo rasgo reflejado en su rostro: el agotamiento. Iban vestidos con ropa vieja y desgastada, de colores monótonos, prendas sin personalidad, aburridas, iluminadas por alicaídas luces de neón que les conferían un aspecto que incluso se podría definir como lúgubre. Además, el intenso frío y el tener que andar por la nieve, había consumido sus últimas reservas de energía. Algunos leían antiguos libros de pésima calidad, arrugados y con las hojas amarillentas, clásicos rusos la mayoría. En Rusia cualquier barrendero o ama de casa se sabe de memoria pasajes de Pushkin, Tolstoi o Dostoevski. La lectura siempre fue algo fundamental durante la Unión Soviética: a los rusos les encanta la literatura, el sistema educativo era muy bueno y además no había mucho más que hacer...

Enorme es Moscú, gigante es Rusia. Cansa el frío, cansan las distancias, cansan los problemas. Cansa ver que llegó la ansiada democracia, y ahora hay "libertad" pero no pan. Cansa ver a los mafiosos y a los nuevos rusos alrededor de ellos llevar un ritmo de vida de lujo inusitado y antes ni siquiera imaginado. Cansa el tedio. Cansa la nostalgia. La mayoría de los rusos malviven, pero a casi todos todavía les quedan ganas de reírse, de contar bromas, de pasarlo bien, de reunirse con amigos, de agasajar a los extranjeros. De olvidarse por un rato de sus problemas y sentirse felices. Pueblo acostumbrado a sufrir durante siglos la tiranía de invasores, zares, burócratas, comunistas y demócratas, infinita es su paciencia y nadie podrá quitarles nunca la esperanza.

jOrgE - febrero 1997

Los Udmurtos


Udmurtos: Un pueblo magiar influenciado por
dos culturas, la eslava y la tártara

En la escuela nos enseñaron que la capital de la Unión Soviética era Moscú. Con ello nos ahorrábamos el estudio de unos veintidós millones de kilómetros cuadrados. En cuanto a su historia, sabíamos que la gobernaron los zares, que hubo un intento de invasión por parte de Napoleón y Hitler, y que actualmente la gobernaban los comunistas contrarios al régimen imperialista americano. En cuanto a sus gobernantes, pues quién no conoce a Iván IV el Terrible, a Pedro I el Grande, a Catalina II, a Lenin, Stalin y, cómo no, Gorbachov. Pero para conocer algo más se tenía uno que especializar en historia de un pueblo que sitió un territorio poblado de gentes con rasgos y características propias, algunos originarios de pueblos de actual relevancia como los húngaros, fineses, búlgaros...

Actualmente, con el desmembramiento de la Unión Soviética en repúblicas independientes, la gente conoce la existencia de pueblos aparecidos en la historia pasada, como el lituano, el ucraniano, el bielorruso, estonio y letón; se empiezan a conocer, debido a los grandes conflictos existentes allí, pueblos caucasianos como es el de Georgia, Azerbaiyán y Armenio; pero, ¿y los países asiáticos?. Se puede saber que Samarcanda es una ciudad de Uzbekistán, o que Kazajstán es un país mayor que cualquier otro europeo (excepto Rusia). ¿Y Kirguizistán, qué se sabe de él? o Turkmenistán, ¿es un país? ¿y Tayikistán, cuál es su capital? Son países de los que la gente común no sabe nada, prácticamente ni ha oído hablar de ellos.

Se conoce muy poco de la historia de Rusia, al tiempo que se sabe mucho del colonialismo portugués, español, inglés y francés, cómo al llegar a África, a Oceanía, a América y al sudeste asiático hubo exterminios y gran pérdida de muchas culturas indígenas. Sin embargo Rusia se expandió por todo el norte asiático, dominando miles de pueblos, pueblos que no perdieron su cultura, pueblos que hablan su lengua materna y cuyas tradiciones son su forma de vivir, sin conocer todavía el fervor de Occidente por invertir en bolsa. Esos pueblos son casi vírgenes, sólo influenciados por la cultura eslava. Algunos de ellos son conocidos como los tártaros; pero tártaros no son sólo los de Tatarstán, hay muchos que perdieron su autonomía. Otros son antecesores a las invasiones Tártaro-mongolas, entre ellos está la raza etnográfica finougriana que se dispersó por territorios cercanos a los Urales y otros son originarios de las actuales Finlandia y Hungría. Entre ellos está un pueblo pequeño, el udmurto, que consiguió una república autónoma pues conserva su historia y cultura con el paso de los años. A este pueblo, a sus habitantes y a la tradición udmurta va dedicado este relato para tener conocimiento de un pueblo que existe en la actualidad y no se estudia en clases de historia, pues no fue, ni creo que será, un pueblo guerrero e invasor, sino un pueblo que es capaz de convivir con tártaros, rusos y toda etnia que se acerque a sus tierras.

La actual Federación Rusa se compone de dieciséis repúblicas autónomas, una de ellas se sitúa en los bosques preurálicos; y es allí donde nace el hermano mayor del Gran Volga, el Kama Blanco. En tal paraje regado por miles de plateados manantiales es donde viven desde tiempos inmemoriales los udmurtos, un pueblo finougrio recorrido por gran diversidad de pueblos de la estepa y que actualmente se encuentra influenciado tanto por los rusos (la etnia con mayor presencia) como por los tártaros, vecinos en territorio. Es un pueblo pequeño pero, aún no siendo mayoritario en su tierra, conservan una arraigada historia y cultura.

Parientes de este pueblo son los húngaros del Danubio, los "jantos" y "mansos" del Obi y los pobladores autóctonos de Komi. Todos ellos tienen la misma procedencia finougria pero evolucionaron independientemente en el tiempo y situación. Conservan palabras comunes como: nieve, viento, hoguera, sangre, mano, hijo, árbol; todas ellas ancestrales y necesarias para un mundo sin tiempo.

* * *

El ser humano busca la felicidad como razón de ser. Desde tiempos ancestrales, el Ser Humano ha intentado buscar y conseguir la felicidad, es algo innato en él. Pero para ser feliz has de tener todo lo que te es necesario, por ello el hombre se extendió por todo el mundo para encontrar algo sin necesidad de compartirlo con otro humano. Pero el mundo es muy diverso, tanto como el carácter de este ser bípedo. Por ello el hombre empezó a invadir territorios poblados por otros congénitos en busca de lo que ellos habían elaborado durante mucho tiempo. Aparecen hordas que arrasan a otros pueblos, reinos y civilizaciones en busca de comida, riqueza y toda posesión, independientemente de usos necesarios o innecesarios de esos materiales nuevos en conocer. Con ello evolucionaron las civilizaciones, cambiando los sistemas de vida y las necesidades. Sin embargo el hombre sigue en búsqueda de la felicidad. Se tiende a una acomodación física pero, siempre falta algo para hacerle feliz. Algo que, en nuestra civilización coincide con lo material.

En este movimiento de hordas y formación de civilizaciones, el pueblo finougrio se situó en los Montes Urales. Eran zonas boscosas, de fuentes de agua, ríos cristalinos donde la naturaleza atrae al regocijo. Donde los ríos son océanos, montañas con lagunas, prados y animales. Donde el hombre convive con la naturaleza y la felicidad puedes conseguirla sin necesidad de guerrear o vivir de oro y vino. Como en todos los pueblos hay diversidad de caracteres, por ello en este también existen guerreros con necesidad de conquista, sus descendientes viven ahora en Hungría.

El pueblo udmurto se estableció en la zona cercana a los Montes Urales del Norte. Era una zona que fue recorrida por hordas originarias del Turkestán y del Altai. Estos pueblos pasaron por aquellas tierras y los udmurtos aceptaron su soberanía pues les era indiferente un reino u otro. Eran tierras sin oro, sin pastos, de duras condiciones climáticas y el hecho de la belleza no atraía a pueblos sedientos de luchas y riquezas. Por ello aceptó pacíficamente a los tártaros y posteriormente a un imperio en auge, el ruso (1558). Este pueblo magiar siguió viviendo a su modo y estilo y conviviendo con la naturaleza ha llegado hasta nuestros días.

Poco a poco Rusia iba colonizando el Asia Septentrional y con ello trazaba caminos, carreteras y el ferrocarril; de esta forma los magiares veían cómo una nueva raza, la eslava, construía ciudades enormes, edificaban fábricas y núcleos urbanos que eran moles de acero. De esta forma nacieron las grandes ciudades: Izhevsk (1760), Sarapul (1780). Los udmurtos veían como llegaba un pueblo con una cultura y una religión diferente. Los tártaros, una vez habían sucumbido ante el nuevo zar Iván IV, comenzaban a integrarse en la zona fronteriza a Kazán, por ello venían a Udmurtia en búsqueda de aprender cómo se puede vivir en esos territorios tan inhóspitos. Los rusos venían y observaban cómo vivían personas tan felices y sin causarles problemas. Por ello olvidándose de ese territorio salvaje, se dedicó a la explotación mineral de las reservas del país. Pero como en todo pueblo existen diversos tipos de personas, algunos eslavos quedaron maravillados ante tal naturaleza y por ello allí se quedaron con sus canciones eslavas mezcladas con el folclore udmurto.

A diferencia de las grandes ciudades creadas por los eslavos, ciudades-estado satélites de las grandes capitales (Moscú, y San Petersburgo), donde se trabaja para construir la Gran Rusia y por puesto competir con el extranjero en la sociedad actual. A diferencia, como digo, en los pueblos udmurtos se vive ajeno a este ajetreo; son pueblos con gran serenidad, donde se reúnen en las fiestas populares junto a un acordeón y se cantan canciones épicas de los viejos rusos y udmurtos en tierras lejanas. Allí se fraguan caballos y viven en casas construidas con la madera de los bosques circundantes.

Viven en casas parecidas a las tradicionales finesas, casas de invierno y casas de verano junto a un pequeño huerto donde se cultivan patatas para todo el año. Casas almacén y lugares ornamentados con toda la belleza udmurta. Decoradas con alfombras y tapices rameados, con baúles y muebles de madera de pinturas características. Casas donde una habitación hace de dormitorio y comedor. Donde el catre familiar pasa a situarse encima del horno para pasar las frías noches de invierno. No quieren un Ferrari inservible en aquellos caminos, no saben ni les importan si se ha subido a la Luna; sólo saben que desde siempre allí han vivido, cazando en invierno y en verano, utilizando esquíes que no se llaman "Solomon", ni ropa sintética de fibra polar extra-light con gorros isotérmicos, sino que tienen pieles, madera, cáñamo y seda y con ello viven en el invierno, se mueven en la nieve y junto al "baño ruso" y un vaso de aguardiente (vodka) son felices de por siempre y para siempre.

No llevando una dieta mediterránea, utilizan la manteca y el pan, crían gansos y vacas, la abundancia son las setas y bayas silvestres que junto a las patatas y coles de las cosechas y el requesón de leche de vaca forman increíbles recetas culinarias. Las tradiciones son muy importantes: manteles floridos para guisos calientes y blancos de cáñamo para solemnes acontecimientos (nacimientos y matrimonios). Las fiestas siguen siendo lugar de encuentro. Unos más importantes que otros, hacen que la gente sea feliz y siga confiando en la cosecha y la naturaleza.

Todo esto es muy bonito pero hay que tener en cuenta diversos factores que existen. La televisión ha llegado y entra en la vida de una sociedad que centra la envidia en la tenencia o no de un caballo. Con el régimen zarista y posteriormente la soviética, el pueblo se aisló de la sociedad de consumo, un aislamiento que puede venir desde el primer Australopitecos. Por ello la influencia de la televisión occidental en esa vida puede engañar a una sociedad como esa. Por ejemplo, qué puede pensar un udmurto al ver "Los Vigilantes de la Playa". Mediante la televisión se puede influir en un pueblo hasta el punto de desestabilizarlo y convertirlo en uno más de los satélites de América, creando pobreza a cambio de deseo.

por Juan

P.S. (tanto Juan (94-95) como yo, jOrgE (99-00), hemos vivido en Izhevsk, capital de la República de Udmurtia, durante 10 meses)